Dos grupos de insectos habitan nuestra huerta. Unos
resultan benéficos y otros se transforman en plagas que afectan el crecimiento
de las verduras. Saber identificarlos y reconocerlos será el objeto de esta nota
para poder actuar en consecuencia. De yapa, el autor nos deja una lista de
preparados caseros.
Por Federico
Baglietto
La
cantidad y diversidad de insectos que podemos encontrar en una huerta en la
isla durante el verano es inmensa, sin embargo, no son tantos los que pueden
afectar o atacar a nuestras plantas. En principio podemos distinguir a grandes
rasgos entre dos importantes grupos de insectos: los que se alimentan de
plantas, llamados fitófagos y los que se alimentan de otros insectos, denominados
predadores o entomófagos. Existe una estrecha relación entre estos dos grupos
de insectos y la salud de nuestra huerta dependerá en gran parte del grado de
equilibrio que surja de esta interacción. Ocurre que si procuramos que en
nuestra huerta proliferen los insectos predadores, éstos ayudarán a controlar
la población de insectos fitófagos al alimentarse de ellos. En definitiva, lo
que llamamos “plaga” no es otra cosa que un grupo de insectos que se reprodujo
en forma desmedida a causa de un desequilibrio ambiental, causado seguramente
por acción del hombre. En este sentido, el uso indiscriminado de plaguicidas en
la agricultura extensiva crea muchas veces un fenómeno llamado “vacío
biológico”. Dicho vacío se produce debido a que los agrotóxicos matan tanto a
insectos fitófagos como a los predadores.
El resultado es que al no tener ya enemigos naturales, los insectos que se
alimentan de plantas vuelven a reproducirse rápidamente, más aún al tener a su
disposición la interminable cantidad de alimento que representa un extenso
monocultivo.
En
un ecosistema natural diversificado y en equilibrio no encontraremos “plagas”,
ya que existen una serie de complejas interacciones entre los distintos
individuos de ese ecosistema que da como resultado un balance entre las
poblaciones de insectos. Siempre habrá predadores que se alimenten de fitófagos
y a su vez, éstos últimos no dispondrán de alimento en forma desmedida, ya que habrá
una gran diversidad de especies vegetales. Esta biodiversidad propia de los ambientes
naturales es lo que buscaremos reproducir
en nuestra huerta.
En
segundo término será necesario, en muchos casos, complementar el control de
insectos perjudiciales aplicando insecticidas caseros elaborados a partir de
elementos naturales, como veremos más adelante.
BICHOS Y BICHOS…
Los
insectos fitófagos que podemos encontrar más habitualmente en la huerta son:
pulgones, moscas blancas, cochinillas, cinches, trips, ácaros, hormigas negras
y vaquitas verdes o amarillas con manchas negras, entre otros.
Hormiga cortadora |
Por otro lado, los
predadores más comunes son: sírfidos, mantis religiosa o tata dios, vaquita de San
Antonio roja o blanca/negra/roja, crisopas y micro avispas parásitas.
Características generales de los
fitófagos
·
Pulgones, moscas blancas y cochinillas: Estos
tres grupos de insectos pertenecen al orden de los homópteros y tienen en común
que se alimentan de la savia de las plantas, la que succionan con un aparato
bucal desarrollado especialmente para ese fin. Otra característica importante
que los asemeja es que secretan una sustancia azucarada, pegajosa y brillante que podemos observar en
la superficie de la hojas de las plantas atacadas por ellos. Este excremento
compuesto principalmente por savia y glucosa fermenta rápidamente ayudado por
el calor y la humedad, dando origen a hongos que luego enferman y debilitan a
la planta. Un típico caso es un hongo llamado fumagina, que se observa como una
capa de polvillo negro que cubre habitualmente las hojas de los cítricos y
jazmines atacados por cochinillas.
Mosca blanca |
Otra
característica propia de los homópteros es que muchos de ellos son transmisores
de enfermedades virósicas de las plantas.
Los pulgones en particular son muy comunes tanto en la huerta
como en algunas plantas ornamentales, especialmente en rosales. Son insectos
pequeños, de forma redondeada y miden por lo general 1 ó 2 milímetros. Los hay de diferentes colores
según las especie, siendo los más comunes los verdes, negros o grises (estos
últimos muy frecuentes en repollos). Son de hábitos gregarios, concentrándose
en grandes grupos en los lugares donde hay mayor circulación de savia como en hojas
y brotes jóvenes. Se reproducen a una enorme velocidad, su tasa de natalidad es
altísima y pueden incluso reproducirse por “partenogénesis”, que significa que
las hembras pueden dar descendencia en forma continua sin siquiera copular con
un macho. Por otro lado, las cochinillas se observan como pequeñas “costras”
redondeadas de color marrón, rojo o blanco adheridas al envés de les hojas o en
troncos y ramas. Son comunes en cítricos, manzanos y perales. Esa costra que
observamos es un escudo hecho de una cera especial segregada por la cochinilla
para protegerse del ambiente y los predadores. El verdadero insecto es muy
pequeño y se encuentra debajo del escudo.
Por su parte, las moscas blancas, miden aproximadamente 2
milímetros y se esconden detrás de las hojas de las que succionan savia para
alimentarse. Si sacudimos las ramas de la planta afectada veremos volar una
gran cantidad de estas mosquitas de color blanco amarillento. También producen hongos
a través de sus secreciones y son trasmisoras de virus.
·
Vaquitas Fitófagas: Las vaquitas pertenecen al
orden de los Coloeópteros, es decir que son parientes de los escarabajos y se
ubican más exactamente dentro de la familia de los Coccinélidos. Las que se
alimentan de plantas y que podemos ver en la isla son en principio dos: La Vaquita de los melones y la Diabrótica Speciosa.
La primera es de color amarillo/ocre con manchas negras y se alimentan de las hojas
de plantas de la familia de las Cucurbitáceas como zapallo, sandía, zapallito,
etc. Sus larvas son como pequeñas gatas peludas de color amarillo con pelos
negros. Para controlar la reproducción de este insecto conviene revisar las
plantas de zapallo diariamente, en el envés de las hojas encontraremos sus huevos
de color amarillo formando grupos. Lo que se hace es simplemente aplastarlos
con los dedos para evitar que nazcan las nuevas larvas.
Vaquita fiófaga |
La Diabrótica Speciosa es una vaquita de
color verde intenso con puntos
anaranjados. Es polifitófaga, es decir
que se alimenta de muchas plantas diferentes y
su aparición en el delta es bastante
reciente. Es común verlas dentro de las flores de
calabaza donde se alimenta de los
estambres de las mismas impidiendo la
fructificación.
·
Hormigas cortadoras (negras): En la isla, las hormigas
negras son problemáticas sobre todo en
los terrenos altos, especialmente cuando hay albardones bastante elevados, ya
que ahí es donde establecen grandes hormigueros. La hormiga segrega una
sustancia llamada ácido fórmico que utiliza para cortar las hojas de las
plantas, las cuales se intoxican por su acción. Por otro lado la reducción de
superficie fotosintética a causa de la pérdida de hojas, mas la pérdida de
reservas contenidas en éstas hace que la planta se debilite considerablemente.
·
Trips: Son insectos muy pequeños, no miden más
de 2 milímetros, de forma alargada y alas pegadas al cuerpo. La especie mas
común en nuestra zona es la
Frankliniela Occidental y es de color amarillo. Suele
esconderse en el envés de las hojas y entre las flores de las plantas que
ataca. Es particularmente problemática por transmitir enfermedades virósicas,
sobre todo en plantas de tomate.
Características generales de los predadores
·
Sírfidos: las moscas sírfidas o sírfidos son
esos insectos con el abdomen a rayas amarillas y negras (algo parecidas a una
abeja paro mas delgadas) que sobrevuelan las flores y quedan por momentos
suspendidas sobre ellas. Seguro las veremos especialmente en primavera y verano
si prestamos atención. Ponen sus huevos en las plantas que tienen pulgones. Sus
larvas al nacer y durante todo su desarrollo comen grandes cantidades de
pulgones. Es un mini espectáculo impresionante ver las larvas de sírfido comer
un pulgón tras otro casi sin parar.
·
Vaquitas predadoras: Otro insecto predador muy
importante es las vaquita de San Antonio, especialmente las de color rojo,
también las rojas con puntos negros y las que combinan los colores negro,
blanco y rojo. Todas ellas se alimentan de pulgones, ácaros y cochinillas. Sus larvas son muy voraces y recorren las
plantas continuamente buscando alimento. La mas frecuente es la Eriopis Connexa ,
que es negra con puntos rojos y blancos, sus larvas son de color similar y se
mueven con rapidez para cazar pulgones y otros insectos.
Vaquita predadora |
·
Crisopas: Pertenecen al orden de los
Neurópteros. Se ven en primavera y verano, son de aspecto delicado, tienen
grandes alas transparentes y el cuerpo generalmente de color verde. La que
podemos encontrar en el delta y costa del Río de la Plata es la Chrysopa Lannata ,
y es de color verde amarillento. Sus larvas tienen fuertes mandíbulas en forma
de sable y son grandes cazadoras, se alimentan de pulgones, moscas blancas,
ácaros, cochinillas y trips, entre otros.
·
Mantis religiosa: También conocida como
tatadios, pertenece al orden de los Mantoideos y vive un año entero hasta
completar su desarrollo. Es un gran cazador y come todo tipo de insectos. Tiene
la habilidad de mimetizarse con la vegetación para esconderse de los pájaros.
·
Microavispas parásitas: Éste es un tipo
especial de predador ya que no se alimenta directamente de su presa, sino que
la parasita. Estas avispitas miden menos de un milímetro y son mucho más comunes
de lo que parece. Lo que hace este diminuto insecto es poner sus huevos en
pulgones, orugas o diferentes tipos de gusanos.
Incluso existe la especie Trichopria anastrepha, que parasita la larva
de la mosca de los frutos, aunque lamentablemente es muy poco frecuente en
nuestra región.
Crisopa |
La larva de la microavispa se aloja dentro del insecto
parasitado y se alimenta lentamente de él hasta completar su desarrollo,
momento en que emerge la avispa adulta. Los pulgones parasitados por
microavispas se llaman “momias” y se distinguen fácilmente porque se hinchan
notablemente y se ponen de color ocre o marrón. Si nos acercamos a una planta
atacada por pulgones y observamos con detenimiento, seguro veremos estas momias
o pulgones parasitados.
PENSANDO
UNA ESTRATEGIA…
Ahora bien, ¿qué podemos hacer para que estos insectos benéficos estén
presentes en nuestra huerta, los frutales o el jardín?
En
principio podemos atraerlos creando un hábitat que les sea favorable, para esto
debemos ofrecerles dos condiciones indispensables: refugio y alimento.
Pulgones |
Los
matorrales cumplen muy bien esta función, por eso es conveniente dejar algunos
sectores con vegetación espontánea y yuyos varios para que los insectos
predadores tengan donde refugiarse. En una huerta con todo el pasto bien corto
y sin ninguna “maleza” no tendrán lugar para vivir y esconderse. Esto se
observa también a gran escala en la agricultura extensiva. Las grandes
extensiones sembradas con monocultivos son rociadas periódicamente con herbicidas
que dejan el terreno totalmente “limpio” y libre de yuyos, incluyendo muchas
veces los bordes de sembrados y caminos, sectores con alambrados, etc. Esto
implica, además de la evidente contaminación, una enorme pérdida de
biodiversidad, lo que se traduce en desequilibrio ambiental y un aumento en la
incidencia de plagas. Generalmente la respuesta a esto suele ser la aplicación
de más pesticidas, lo que genera un círculo vicioso que parece no tener fin.
Como vimos antes, además de lugar para refugiarse, los
insectos predadores necesitan un alimento especial que podemos proporcionarles
para atraerlos. Sucede que las hembras de vaquitas, crisopas, etc. precisan proteínas
para reproducirse, y la fuente de este alimento está en el polen de las flores.
Por eso es muy importante incluir diversas flores en la planificación de
siembra de la huerta.
Las hembras de sírfidos, crisopas y
vaquitas prefieren las flores como caléndulas,
copetes o margaritas. También buscan
flores de la familia de las crucíferas, como
repollo, brócoli o rúcula, por eso es
bueno dejar florecer alguna de estas plantas en
nuestra huerta.
Por otro lado, las microavispas buscan
flores más pequeñas, especialmente las de la familia de las Umbelíferas, como perejil,
zanahoria o hinojo. Por eso también
conviene no
cosechar algunas de estas plantas y dejarlas florecer libremente. Casi todas
las flores en general serán buenas para atraer insectos predadores, podemos agregar
también capuchina o taco de reina, alisum, borraja, leguminosas en general,
mostaza, vara dorada, etc. Esta última es una planta nativa que tiene la
ventaja de florecer en otoño, época en que hay muy pocas flores. En definitiva, cuantas mas flores mejor.
Y sobre todo es importante lograr continuidad en los momentos de floración
de las distintas especies para que los predadores siempre dispongan de polen
para asegurar su reproducción. Ahora bien, digamos que “no todo son
flores”, y más allá de la búsqueda del equilibrio biológico, será necesario en
muchos casos recurrir a soluciones mas directas para salvar rápidamente alguna
planta muy afectada. Muchas veces nos encontramos por ejemplo con una población
de pulgones demasiado avanzada y en esos casos puede ser necesario aplicar algún preparado que detenga su avance. Veamos entonces qué podemos hacer
en estos casos…
RECETAS DE RECETAS DE PREPARADOS
CASEROS
-
Alcohol de ajo: 5 dientes de ajo procesados o
picados bien finos mezclados con ½ litro de agua y ½ litro de alcohol. Lo
colamos y guardamos en la heladera. Lo rociamos sobre las plantas para
controlar pulgones, moscas blancas y ácaros.
-
Purín de paraíso: Éste es un preparado que
sirve para controlar insectos más resistentes como hormigas negras, langostas o
chicharritas y vaquitas verdes. Colocamos aproximadamente dos kilos de frutos
maduros de árbol de paraíso y hojas del mismo en un balde con agua. Lo dejamos
macerar una semana y lo colamos. Luego lo rociamos sobre las plantas atacadas.
-
Tierra de diatomeas: Está compuesta por algas
fosilizadas microscópicas y tienen un afecto abrasivo sobre gran cantidad de
insectos. Es muy efectivo y no produce ningún tipo de contaminación ni
toxicidad. Actúa por contacto y se consigue sin dificultad en viveros
especializados. Se aplica mezclado con agua.
-
Ruda: 150 gr de hojas frescas por
litro de agua maceradas durante diez días. Sirve contra pulgones y moscas
blancas.
-
Azufre mojable: También se aplica mezclado con
agua. Es muy útil espacialmente para trips y ácaros.
- Cuasia amarga: dejar macerar unos días
y aplicar sobre las plantas. Sirve
contra insectos en general y es muy
buena para larvas de gusanos.
Gracias!!! EXCELENTE INFORMACION! SE LO AGRADEZCO MUCHO!
ResponderEliminarMuchas gracias! Muy didáctico
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