En el transcurso de la semana pasada asumieron los nuevos intendentes electos Sergio Massa en Tigre y Luis Andreotti en San Fernando. En ambos actos, a los que asistieron todos los concejales, funcioarios distritales, empresarios, y vecinos, los dirigentes de los partidos que tienen mayor superficie insular que continental, dijeron sendos discursos llenos de palabras urbanas.
Llama poderosamente la atención la escasa atención que mereció el delta por parte de estos mandatarios. En el discurso de Massa, no se hizo mención ni siquiera en un solo párrafo al Delta. Nada. No existió.
Massa asumió su segundo mandato consecutivo
Andreotti juró tras ganarle a Osvaldo Amieiro que gobernó por cuatro períodos
Andreotti fue más generoso en sus palabras. Algunas de ellas fueron: “Voy a trabajar para que todos los vecinos volvamos a mirar al río como salida para nuestro crecimiento y a desarrollar esta fuerte identidad para adentro y hacia afuera del distrito, el desarrollo presente y futuro de San Fernando está en el Delta, mantendremos un diálogo constructivo con las instituciones intermedias de la región, fomentaremos el eco turismo y los desarrollos económicos sustentables que nos permitan un crecimiento equilibrado. En lo institucional vamos a fortalecer en el Delta nuestra presencia en el sistema de salud y educativo y en el transporte, gestionaremos ante la provincia todo lo que hace a la infraestructura a lo que hace a una mejor calidad de vida”.
Es sumamente preocupante la falta de palabras de Massa sobre su visión del delta, ya que a falta de palabras, la única verdad es la realidad. Y esa realidad es la de una primera sección de islas que todos los días pierde un poco más de su identidad, de su naturaleza y tranquilidad, entregada al turismo de la peor calaña que se pueda imaginar. El turismo de las rugientes lanchas colectivas atestadas de gente, apoderadas del río por el cual es imposible navegar con una embarcación isleña. El de “complejos de cabañas” que nada tienen de cabañas por su fealdad y por la total ajenidad para con el entorno. Ese es el delta de Sergio Massa, para no hablar de el de los emprendimientos inmobiliarios que siguen surgiendo como hongos por doquier, y un Plan de Manejo que hasta hoy está de vacaciones.
Andreotti fue más generoso en sus palabras que su padrino político. “Fomentar” el eco turismo sin definirlo previamente genera todas las suspicacias del caso para los vecinos, como los “desarrollos económicos sustentables” producen pánico por la supervivencia del humedal y la forma del vida en él. Los isleños pretenden definiciones claras primero, y acciones concretas después.
A las declaraciones, como a los camalotes, se las lleva el río.
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