domingo, 19 de octubre de 2014

Miguel Wronski: "De seguir así, con el correr de los años va a ser un delta de pocos productores grandes y turismo".

Un incansable luchador por el Delta.



Miguel Wronski Recuerda al Delta de la infancia como un Delta familiar: “la mayoría por segunda generación de inmigrantes y por ende nosotros, los hijos. Compartimos todo en lo que respecta al vecindario, así era el delta hasta los 80` y a partir de ahí fue cambiando”, afirma Miguel. “Los espacios de encuentro eran nuestras casas y las de los vecinos, pero el principal lugar de encuentro era la escuela. Allí se armaban fiestas, partidos de futbol, kermes y eso se hacía seguido, lo que para nosotros era muy importante, pero lamentablemente eso ya no existe”.

Wronski plantea las crecidas del 82 y el 83 como factor clave para que muchos vecinos se fueran del Delta y con ellos muchas costumbres se fueron perdiendo. 

Si tiene que referirse al Delta hoy: “...es un Delta que está tendiendo a ser otra cosa y no lo productivo que era en su momento. Está perdiendo la identidad productiva y se está orientando más hacia el turismo. Como islero me siento invadido porque el turismo es algo que avanza sin tener en cuenta a los que estuvimos permanentemente viviendo y produciendo en el Delta. Creo que eso afecta en forma negativa a la cultura isleña, que era otra, donde sobresalía la cultura del trabajo y la del progreso”, asevera.

La principal problemática que observa: “como productor chico veo que la producción va decayendo y perdiendo valor día a día.  Eso hace que cada vez seamos menos los productores chicos y, de seguir así, con el correr de los años va a ser un delta de pocos productores grandes y turismo”, manifiesta Miguel.

“Personalmente creo que el valor de la producción de madera está en manos de pocas empresas, que les interesa mas tres productores de gran nivel que cien chicos. Estas formas de actuar afectan negativamente y sacan el optimismo a los productores”, concluye en relación a una de las principales problemáticas.

Si tiene que definir los valores del poblador isleño lo hace como si fuera antes: “a los que quedamos los defino como luchadores incansables. Quedan pocos isleños, por lo que contaba anteriormente, y además se agregan otros factores aparte de lo productivo; y para que el Delta funcione falta una parte muy importante que es el estado, hace muchísimos años que está ausente. Antes, cuando yo era pibe, estaba más presente, por lo menos en el mantenimiento de un rio o en lo que eran los colegios. Hoy el estado no existe para el ámbito de la isla en general, aunque yo hablo por el lugar que habito - II sección islas San Fernando -".

“Hemos acercado inquietudes y propuestas a los municipios, inclusive como participante del Consejo de administración de la Cooperativa Forestal, en general no nos han dado respuestas negativas, han sido siempre positivas, pero no se ven reflejadas en los hechos”, lamenta.

Si Miguel Wronski se refiere al futuro del Delta, expresa: “yo me considero un islero de ley y la esperanza no la pierdo nunca, entonces si no pierdo la esperanza es porque algo de positivo va a tener que pasar alguna vez. Por ese motivo, es que sigo estando en esto porque lo amo, porque lo quiero, porque es lo mío; pero bueno... hoy siento que me están invadiendo y a la vez también desprotegido. Por eso me gustaría cambiar algunas cosas, tal vez acceder a condiciones igualitarias en la comercialización de los productos de la isla y poder tener mejores condiciones”, reflexiona.

Fuente: Extraído del Boletín Nuestro Delta nº 3.


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