viernes, 10 de octubre de 2014

GUARDAPARQUES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN


DESPIDEN AL JEFE DE GUARDAPARQUES DE LA RESERVA DE BIÓSFERA DE SAN FERNANDO

Se trata de Emiliano Villegas, quien desempeñaba sus funciones en la vieja escuela nro. 34 del Arroyo Borches. El decreto por el cual es desafectado del área lleva la firma del intendente de San Fernando, Luis Andreotti y expresa que el guardaparques no alcanzó los objetivos previstos al momento de su designación. Por otro lado se sostiene que el despido se debió a los permanentes reclamos realizados en los que solicitaba mejoras de infraestructura y formulaba pedidos de insumos para cumplir con el trabajo.

LA DESIGNACIÓN DEL GUARDAPARQUE

El intendente Andreotti, Gabriel Tato y el Guardaparque.
 La visita se produjo a principios del mes de junio.
            El 14 de abril de 2011 se realizó la reunión regular número 51 del Comité de Gestión de la Reserva de Biósfera de San Fernando. En dicho encuentro los presentes manifestaron la necesidad de contar con un guardaparque diplomado que pudiera atender el estado de sensibilidad del área núcleo y sus inmediaciones. Para esa fecha San Fernando ya se encontraba entrevistando a Emiliano con el fin de acoplarlo al personal municipal de vigilancia y logística para las actividades de investigación que se realizaban en la zona. Algunos meses después era designado por el intendente Amieiro. La Reserva de Biósfera, que desde el año 2000 formaba parte de la Red Mundial de la Unesco, tenía su primer guardaparque.
            Al finalizar la gestión de Amieiro, Emiliano fue raticficado en su cargo y su contrato renovado durante la intendencia de Andreotti.

EL DESTACAMENTO DE NUNCA ACABAR

            El 10 de mayo del 2012 se anuncia con bombos y platillos, en el Salón Blanco del Palacio Municipal, la firma de un convenio con la Dirección de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, que cede al Municipio el viejo edificio del establecimiento nro. 34 ubicado en el Arroyo Borches, para que en él se instale el destacamento del guardaparque. Ese día Andreotti manifestó a los medios que: “Logramos poner en marcha un asentamiento que va a servir también para que los científicos puedan estudiar la Reserva de Biósfera y aparte vamos a tener un espacio permanente de control, El objetivo es cuidar el patrimonio isleño de San Fernando. En la isla tenemos 900 km2 de territorio, con una zona muy rica y además es el pulmón de Buenos Aires. Por eso lo tenemos que preservar y defender”. La gacetilla también decía que: “el lugar además de funcionar como destacamento tendrá diferentes usos, será también un salón de difusión y eventos, un espacio para realizar reuniones, talleres y encuentros con pobladores, científicos y estudiantes. Además gozará de un laboratorio para científicos y técnicos de campaña en zona núcleo, así como también alojamiento para los mismos. También tendrá una Biblioteca, gracias a las donaciones de científicos, centros académicos y ONGs. Uno de sus atractivos más importantes será un sendero de interpretación y una torre de avistaje de aves. La inauguración del destacamento va a ser dentro de los próximos 90 días y el Municipio ya ha solicitado el equipamiento para su funcionamiento que incluyen embarcaciones y motores.
            Lo cierto es que, al día del despido de Villegas el destacamento no tenía ni gas, ni teléfono, ni luz ya que los colectores solares se encontraban rotos desde hacía meses. La única embarcación disponible era un equipo conformado por una especie de Pagliettini “Codinet” con su motor de principios de los años ochenta donada por un filántropo. A los noventa días previstos para su puesta a punto se la sumado un cero. Han pasado casi novecientos días y aún no se inaugura.
La vieja escuela nro. 34 del Arroyo Borches
 fue cedida para la instalación del destacamento del guardaparque.
             El 2 de junio de este año, los medios reflejan con entusiasmo la visita del Intendente Andreotti al Arroyo Borches y publican la gacetilla oficial que dice: La Segunda y Tercera Sección del Delta del Río Paraná se renuevan a partir de la infraestructura pública y la intensificación del trabajo cotidiano en todas las áreas. Esto se hace explícito en las obras que ya fueron terminadas, pero se confirma con la constante presencia de las autoridades municipales y la insistente decisión de elevar la calidad y la cantidad de los servicios prestados, como también la capacidad de cuidado del entorno natural.Era pleno invierno y en el lugar no había gas, los paneles solares no funcionaban y los guardaparques debían encender el grupo electrógeno de vez en cuando. La Pagliettini andaba fallando, la moto de agua prometida no había llegado pero ya tenían DirecTV y una pantalla plana.
Mas adelante el intendente agregó: “Queremos que la gente que llegue al destacamento pueda experimentar cuáles fueron los procesos ecológicos que se dieron en el Delta. Esto nos permitirá vivir armónicamente con el medio ambiente y minimizar el daño al ocuparlo. Trabajamos hace años en la zona y hoy sólo nos hacen falta los últimos ajustes para inaugurar oficialmente el Centro. Vamos a recibir colaboración de la Fundación Temaiken y de la Fundación Aves Argentinas”. Éstas y otras ONGs son las que en forma privada se solidarizaron con el guardaparque despedido, mas no terciaron, hasta el momento de forma alguna, para intentar que Emiliano regrese a su puesto de trabajo. Dicen que por la relación institucional que mantienen con San Fernando no pueden manifestar públicamente el rechazo a la decisión de desafectarlo del cargo. Es más, las primeras noticias que recibió el Boletín Isleño respecto de la situación de infraestructura precaria en la que se encontraba el destacamento, hace ya dos meses, provinieron de sendos comentarios que diferentes científicos nos enviaron por mail.  Uno de ellos escribió que el destacamento carecía de gas desde hacía cuatro meses y que desde hace un año y medio se encontraban fuera de circulación treinta paneles que fueron dañados por el “Tornado Invisible”. Esos equipos habían sido donados por los franceses de MAB-UNESCO pero el “inversor” ya no funcionaba y San Fernando no lo arreglaba.
La lancha con la que cuentan los guardaparques fue donada por un contribuyente.
 Se trata de un equipo de principios de los ochentas.

En pleno mes de agosto del 2014 y con el Guardaparque a punto de ser despedido, San Fernando sigue enviando gacetillas amenazando con la puesta a punto del destacamento. El día 10, a través de un comunicado de prensa, advierte desde su titular: “El Municipio pone a punto el destacamento de Guardaparques” e insiste con la cantinela de que: “El objetivo fundamental es hacer pie en la zona para proteger a todos los seres vivientes nativos, generando un nuevo espacio para el estudio de la biodiversidad que tenemos en la isla, pudiendo también hacer intercambios y que los vecinos puedan encontrarse en este lugar y compartir el hermoso Delta que tenemos los sanfernandinos”. El propio Villegas se muestra optimista en esa ocasión cuando manifiesta: “El intercambio es un programa que se efectivizará a partir del año próximo y consta de un taller en cada escuela isleña en los tres niveles: inicial, primaria y secundaria. La idea es que haya un intercambio de saberes a través de un taller de cuatro jornadas durante el año entero. Tengamos en cuenta que son chicos que nacieron en la isla, se crían en la isla y saben muchísimo de flora y fauna. La idea es que los docentes, el cuerpo de guardaparques y los chicos entendamos mejor cómo funciona el ecosistema del humedal, y hacer un mejor uso de los recursos naturales”.
Veinte días después ya no tenía trabajo y se le había prohibido el ingreso al destacamento.

LA CARTA PÚBLICA

            Cuando Emiliano Villegas publica su carta de despedida ya se encontraba desafectado del cargo desde hacía algunos días. Se nota que es una esquela que ha sido refinada con el objeto de no resultar explosiva. En ella afirma que no obra por despecho, realiza un balance del trabajo realizado, hace mención a las muestras de solidaridad recibidas por parte los científicos e investigadores y agradece a quienes lo acompañaron: “Quiero dejar sentado que para todos los trabajos conté con la ayuda de mis compañeros guardaparques: María Eugenia  Cueto, Mariano Tortarolo y Facundo Merker y con el apoyo del comisario Lanci del Mini y el subcomisario Machuca de Borches.”

            Uno de sus compañeros, Mariano Tortarolo, expresó a Boletín Isleño que: “en su momento (y aún ahora) me solidaricé con mi compañero por considerar que no era procedente su despido. Así se lo hice saber al (Director de Medio Ambiente, Zoonosis y Fiscalización Sanitaria) Sr. Tato, y él me dio su justificación. Aún no se ven grandes cambios. Volvemos a tener teléfono de línea y gas. Debo esperar que los objetivos se puedan cumplir en la Reserva y no sean promesas. Espero que todo se resuelva y se solucione lo antes posible para que nuestra función sea la de verdaderos guardapaques, algo para lo que estudié y me capacité. Amo el Delta y creo fervientemente en su conservación.”

MÁS ALLÁ DE LA NOTA DE DESPEDIDA

            La característica poco estridente de la carta se traslada al comportamiento y a la personalidad del ex Jefe de Guardaparques de la Reserva de Biósfera, Emiliano Villegas. Está tranquilo pero sin trabajo. No quiere subir el tono de la discusión a riesgo de parecer escandaloso o de transformar la realidad en un “programa de chimentos.” Confía en la poco probable idea de ser restituido a partir de las demostraciones de solidaridad de la gente y dice también que no fue atendido, ni recibido, por su jefe, Gabriel Tato, quien en un principio le prohibió el ingreso al destacamento y le ordenó hacer una lista de sus cosas para que sean llevadas al continente. Emiliano insistió para poder regresar al lugar porque según él: “Estuve dos años en Borches y realmente no puedo hacer un inventario de mis cosas sin estar allí porque son muchas y si no las veo no las recuerdo.” Entonces Tato autorizó un breve regreso para pudiese retirar todas sus pertenencias. 
            Mas allá de la carta de despedida es posible que uno de los motivos de su partida sean las casi cuarenta notas que escribió al Municipio y que no tuvieron respuesta. No todas se trataban de pedidos y reclamos, algunas de ellas eran simples documentos en los que constaban las actividades desarrolladas e informes de rutina (aunque no obligatorios) que tampoco recibieron devolución. En una suerte de evaluación final Emiliano dice que este tipo de situaciones (falta de infraestructura, abandono, carencia de insumos, ausencia de destacamentos, etc.) se viven en todo el país y por eso no quiere hacer demasiado hincapié en ellas. Le inquieta que la Reserva de Biósfera sea utilizada permanentemente como un artículo publicitario y hace un breve raconto de las dificultades que se presentan en esa zona geográfica,  entre ellas la aislación a la que están sometidos los guardaparques (los celulares no carecen de señal y el teléfono de línea no funcionaba) “¿Cómo te enterás si a alguno de nosotros nos pasa algo?”, dice comprensiblemente. En este sentido un allegado a las fuerzas de seguridad contó que los malvivientes de la zona pretendieron, en algún momento, marcar territorio cuando el destacamento comenzó a ser habitado disparando desde el río varios escopetazos. El episodio tiene que ver con los trabajos realizados en materia de caza furtiva, instancia de orden primario en las funciones de un guardaparques. Incluso hace algunos días, agregó la fuente, les dejaron un gato montés colgado con un tiro en la cabeza.
El decreto firmado por Andreotti. 
Dice que a Villegas se lo desafecta del plantel municipal por 
“no haber alcanzado los objetivos previstos al momento de su designación”.

EL DESPIDO

            Para ser despedido Emiliano no necesitaba motivos. Su contrato, que se renovaba anualmente, podía ser rescindido en cualquier momento sin explicaciones. Por eso a Villegas le duele un agregado innecesario que se incluye en el decreto que le da de baja y se transforma en una mancha negra en su curriculum profesional. Para el municipio de San Fernando, Emiliano Villegas no alcanzó “los objetivos previstos al momento de su designación”.
La gente desde las redes sociales se pregunta insistentemente si los políticos y gobernantes que se ocupan del Delta los han alcanzado alguna vez.  

1 comentario:

  1. Los objetivos previstos por la gestión "renovadora" de Andreotti, son claramente desproteger la zona para que se pueda colonizar inmobiliariamente. Algún día próximo sabremos de algún gran emprendimiento casi listo para estrenar que "nadie vió" y las "autoridades" dirán que... buen ya está, no podemos hacer nada.... bla bla bla... Ahí está el desastre de Colony Park, aunque ahora esté "parado" el desastre se hizo y las autoridades responsables por omisión de sus funciones gozan de buena salud política y se perfilan como futuros dirigentes de la Nación, ni mas ni menos... A PENSAR MUCHO A QUIEN SE VOTA!

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