Por Oscar “Bocha” Cenizo
Soy integrante de la Asamblea de
Trabajadores Isleños 1º de Mayo. A pesar de que hay gente que quiere
desvalorizarla, sepan que está de pie y trabajando. Andando de arroyo en
arroyo, esta asamblea tiene muy presente que
el sentir de la población isleña es que no quiere una Normativa hecha
por gente del continente, que no tiene ni idea de cómo se vive y se trabaja en
este lugar. No tienen ni idea de las costumbres ni las necesidades que aquí
tenemos.
Dicen
que en la asamblea 1º de Mayo no hay isleños. Sepan que el que esto escribe
nació en el hospital de boca Carabelas y hasta el día de hoy permanece en las
islas. Dicen que son sólo “hipies” mugrosos. Si mal no recuerdo, tiempo atrás
la gente del continente nos decía que los isleños éramos “negros barreros”,
“patas sucia”. No conozco mucho de historia, pero también a los gauchos de
antaño los llamaban “pordioseros”, “ladrones” y “pendencieros”, sólo por el
hecho de no tener un pedazo de tierra donde caer muertos. ¡Claro! Cuando
tuvieron que poner el pecho los llamaron los “gloriosos gauchos de Güemes. No
vaya a ser que de tanto criticar, tengamos que decir: “Los gloriosos hipies
isleños”.
¡Nosotros, los
que nos llenamos la boca diciendo que somos isleños tenemos que estar adelante!
Ser todos asambleístas porque como isleños nos corresponde defender la isla,
defender el sentir de la gente, por eso estoy en la Asamblea 1º de Mayo. Porque
todos los involucrados queremos lo mismo: defender lo poco que nos queda.
Si permitimos
que uno o veinte concejales que viven en el continente envueltos en lujo que
dictan las leyes sentados en sus mullidos sillones, mientras un pobre empleado
les acarrea el cafecito; que no son capaces de abrir la ventana para saber de
qué se trata, entonces cometemos el error más grande del mundo.
Nosotros los
asambleístas estamos de pie, trabajando por el bien común de los isleños. Si
piensan que en la asamblea hay sólo hipies y por eso no quieren participar, yo
les diré que son sólo pretextos para no mover el culo de la silla.
El ser isleño
es sentir la libertad, es respirarla hasta extasiar los pulmones. Nuestro
precio es la pelea diaria con el río, con el calor; los mosquitos en verano y
las mañanas frías del invierno. Peleamos las mareas que todo lo arrasan, y es
un constante empezar de nuevo, pero es nuestra decisión de quedarnos y
aguantar, sólo por el hecho de sentir esa libertad que nos regala el río. Pero
si preferimos ser incrédulos y pensar que a nosotros no nos va a salpicar este
asunto de la Normativa de Construcción porque somos isleños, una cosa es ser
incrédulo y otra es ser estúpido, porque entonces, el olor a libertad se va a
convertir en olor a mierda de los countries.
Que los que
critican y no hacen nada piensen si merecen ser isleños. Yo también me negaba a
hacer algo. En un principio decía: “Si me vienen a joder los saco cagando”.
¿Qué fácil no? defender el Delta es defender a los habitantes isleños, es
defendernos a nosotros mismos y por ende nuestra libertad.
No es mi
intención ofender a nadie con esta mi forma de pensar. Estas palabras sólo
quieren que reflexionemos y nos unamos en una sola voz y juntos hagamos nuestra
propia historia. La historia de los isleños.
Muy bien bocha te felicito por lo claro de tu pensamiento ,con respecto a los que promulgaron la normativa para el delta o que pretenden enseñarnos a cuidarlo, deben ser los mismos que cuidaron los humedales de tigre y toda la cuenca del rio lujan, mas bale que no pongan ni un pie en nuestro delta,
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