Nota publicada en el Semanario Prensa Libre el 25-7-2014.
Un documento base elaborado por
una Comisión de Gestión y Seguimiento, que conforman vecinos y diferentes
entidades isleñas de la primera, segunda y tercera sección delteña (Tigre y San
Fernando), propone la autonomía de esta porción del Delta, mediante la creación
de un nuevo municipio con sus propias instituciones de gobierno, presupuesto,
territorio y demás condimentos, para tener autodeterminación como cualquier
distrito de la provincia.
En la actualidad el delta
bonaerense es una extensa franja, cuya principal característica es ser un
macrosistema de humedales, donde tienen jurisdicción nueve municipios. La
primera sección forma parte de Tigre mientras que la segunda y tercera forman
parte de San Fernando.
De estas tres secciones de un
tiempo a esta parte, pero no recientemente, sino desde hace al menos 80 años,
han surgido voces para conformar un municipio independiente a partir de la
particular identidad que posee el territorio insular, sus pobladores y su
sistema de vida.
Por citar, el inmigrante Sandor
Mikler, oriundo del imperio austro-húngaro y fundador en las islas del
Periódico Delta en 1933, según afirman los historiadores locales, fue un
ferviente defensor de la identidad isleña e impulsor de la autonomía.
Sandor Mikler promovía la Autonomía del Delta desde su periódico
En esta línea, un proyecto con
esa visión salió a la luz recientemente, a partir de un documento base
-elaborado por una Comisión de Gestión y Seguimiento- que circula y circuló en
algunas redacciones y despachos de funcionarios y referentes políticos de
diversa índole.
Prensa Libre accedió al documento
que propone la autonomía, sobre la base de circunstancias históricas, sociales,
culturales y económicas fundadas con detalle, donde se demuestra que los
gobiernos locales, independientemente de su signo, intervienen con criterios de
ciudad.
Como ejemplo se cita el Canal San
Fernando, antiguo activo lugar de areneras, tronqueras y dique de carena, que
con el tiempo dejó de funcionar por falta de criterios de integración; o el
actual Puerto de Frutos de Tigre, más un centro turístico, que de servicio al
isleño.
Otra situación que contempla el
documento base es la insularidad y los conceptos de Foreland e Hinterland, para
referirse a un área que se integra al casco urbano mediante un puerto, y a
partir de allí surgen nuevas áreas de influencia económica en red.
La visión general del documento
base es que los isleños no son campesinos ni citadinos, sino isleños
específicamente, con una identidad particular ligada a la situación geográfica
y a la voluntad de vivir en un medio ambiente determinado, sin necesidad de
cambiarlo.
Como ejemplo se citan las
inundaciones, tan de moda en el continente, pero fenómeno recurrente y natural
del delta, que ni siquiera amerita emergencias, pues las casas y los sistemas
de producción delteños no las eluden, sino que las incorporan como algo
cotidiano.
Las viviendas palafíticas (sobre
pilotes) dejan correr la marea; los endicamientos atentan contra la producción
autóctona más que proteger de las crecidas, y ante la llegada del agua jamás
hay “evacuados” como en la ciudad, porque se trata de un elemento más de la
vida, no de un invasor.
Identidad isleña, insularidad,
reconversión productiva (sistema productivo acorde con el funcionamiento del humedal);
sistema administrativo acorde a la geografía; padrones propios; recursos
económicos y fiscales para uso específico y apropiado.
El documento base es un verdadero
tratado sobre la insularidad y tiene en cuenta también otras experiencias de
división municipal como las que dieron origen a comunas como las de Ezeiza,
Lezama, San Miguel, José C. Paz y Malvinas, o Hurlingham e Ituzaingó, por
citar.
¿Están los actuales gobiernos
municipales, dispuestos a blanquear la incapacidad genérica de un gobierno urbano
para encarar la ejecución de políticas desde una perspectiva isleña genuina?
Este es solo uno de los interrogantes que, sin duda, se planteará un proyecto
de esta naturaleza.
¿Están dispuestos los gobiernos
urbanos a reconocer que las islas aportan recursos que luego no se vuelcan en
ellas, no por ineptitud o conspiración, sino porque la ciudad tiene su propia
dinámica y la isla otra diferente? He aquí otro interrogante.
En 2015 se eligen nuevas
autoridades en todos los distritos. ¿Es una oportunidad o una amenaza para los
partidos mayoritarios el tener nuevas jurisdicciones para competir y menos
votantes en las ya establecidas, luego de ceder territorio? Esto también está
por verse.
Nunziata: "Nuestra
representatividad es nula o casi nula"
Martín Nunziata
Martín Nunziata es un isleño que
conoce su hábitat -vive hace más de 30 años en la primera sección-, es un
referente para muchos de sus vecinos y desde hace años se compromete abiertamente
con las causas delteñas, más allá de coyunturas, partidos políticos u otras
variables.
En esta entrevista opina sobre la
autonomía de las islas, a partir de un documento base elaborado por una
Comisión de Gestión y Seguimiento, que conforman vecinos y diferentes entidades
isleñas, que propone firmemente y con fundamentos la creación de un municipio
isleño nuevo.
-¿Considera conveniente que el
delta sea un municipio diferenciado de otros?
-Estoy absolutamente convencido
de que es no solamente útil, sino necesario. Porque la representatividad
nuestra desde el punto de vista institucional es nula o casi nula. Para usar
una figura: Esto (las islas) es como una estancia en donde el patrón viene,
recolecta, dicta las normas, y nosotros somos los puesteros. El dispone de la
tierra como le parece. Esto, por supuesto, es histórico, no nace ahora, no es
una pretensión (del gobierno municipal) actual. Nosotros no queremos dejar de
ser argentinos (risas), no somos independentistas como los catalanes. Hablamos
del manejo de nuestros recursos y la incidencia en las decisiones de las
políticas que nosotros elijamos.
-¿Qué caracteriza al delta?
-El delta es una unidad
geográfica en sí misma. Es inundable por naturaleza y debe seguir así, porque
este es el fundamento de su valor y de las prestaciones que tiene para la
humanidad. Responde a leyes naturales que, en general, quienes viven en
continente no tienen la más mínima idea de lo que es la dinámica hidrológica
del lugar y lo ven como un lugar para inversión, no para vida. Pretenden hacer
puentes, para hacer desarrollos inmobiliarios como se conocen en la parte
continental. Nosotros estamos adaptados a vivir sobre patitas, nuestras casas
son palafíticas, nos movemos con embarcaciones y nos proveemos de manera diferente,
no vamos todos los días al “súper”. Si nos agarra la marea tres días, nadie se
vuelve loco por una inundación que es periódica.
-¿Actualmente es mayoritaria esa
necesidad de autonomía?
-Voy a ser sincero: No. Todavía
se necesita masa crítica y consenso. Esto todavía no está maduro porque hay una
diversidad en la población isleña actual, porque ha habido una repoblación, y
las inquietudes no son las mismas. Cuando se pedía la autonomía por esa
normativa de construcción que nos querían imponer (parte del Plan de Manejo, lo
referido a construcciones), se pedía solo para no tener normas, y nosotros
queremos normas específicas para un lugar geográfico determinado y que nosotros
podamos dictar nuestras propias normas. Nosotros no queremos vivir como
fugitivos, sin cumplir ningún tipo de normas, y hay mucha confusión en eso.
Gustavo Camps